Participación democrática del alumnado en los procesos de evaluación interna del centro

Por Carla Ruscalleda

Los centros educativos configuramos sistemas óptimos para el desarrollo de valores democráticos tales como la responsabilidad individual y colectiva, la empatía, la participación, el diálogo, la comunicación no violenta, etc. De este modo, configuramos también un espacio común donde personas con diferentes funciones, intereses y responsabilidades debemos entendernos para alcanzar un objetivo común: el éxito académico del alumnado.

Este «entendernos» implica conseguir unos principios rectores que guíen la actividad educativa desde un prisma que sitúe la toma de decisiones como una acción colectiva de la que toda la comunidad educativa es protagonista y responsable, así como una actividad educativa basada en procesos de comunicación interpersonal marcados por el respeto.

¿Cómo lo podemos hacer? Muchas son las posibilidades de participación democrática que nos ofrece el día a día de un centro educativo. Lo que expondremos es la propuesta que, desde hace años, estamos llevando a cabo en el Instituto Can Puig y en la que vemos claramente cómo se materializa el desarrollo de estos principios, competencias y valores democráticos entre el alumnado mediante su participación a través de las sesiones de evaluación y en la valoración de las metodologías y actitudes del profesorado.

Con esta propuesta buscamos la intervención y formación del alumnado a través de procesos tan importantes como las mencionadas sesiones de evaluación, el aprendizaje de las normas y la participación democrática en situaciones importantes y reales.

La intervención del alumnado en los procesos de evaluación interna del instituto tiene lugar en tres niveles de participación democrática:

En un primer nivel de participación, el alumnado interviene en la evaluación de la metodología y de las actitudes del profesorado: al final de cada trimestre, todo el profesorado, en una de sus sesiones, pasa un documento de Valoración sobre las Metodologías y Actitudes del Profesorado a todos sus estudiantes, que, de forma anónima, valoran aspectos como el enfoque comprensivo del proceso de enseñanza-aprendizaje,  sus habilidades comunicativas y la motivación percibida, aspectos positivos de la manera de hacer que hay que mantener y aspectos que hay que corregir, etc. El profesorado hace un análisis de la información y, posteriormente, procede a una devolución de las conclusiones extraídas, se dialoga y, si procede, se establecen nuevos compromisos tanto por parte de los docentes como del alumnado.

En un segundo nivel de participación, el alumnado interviene activamente en las sesiones de evaluación trimestrales de acuerdo con dos líneas de actuación:

Por un lado, cada alumno o alumna hace una autoevaluación de sus actitudes y de su proceso de aprendizaje a partir de un formulario que se ha trabajado en tutoría. El coordinador de nivel expone los resultados en la sesión de evaluación para tener una visión global de aspectos como la motivación del alumnado, tiempo de estudio, relación con los compañeros, comunicación con los docentes…

Por otro lado, tenemos la misma participación del alumnado en las sesiones de evaluación. Esta participación se prepara en las sesiones de tutoría, en las que los alumnos trabajan por grupos naturales sobre el documento de Preparación de las Sesiones de Evaluación, que se centra en las metodologías del profesorado y en el funcionamiento global del instituto. Posteriormente, el coordinador de nivel reúne a los representantes de cada grupo y elaboran un único documento acordado por todos los representantes de los grupos cooperativos del nivel educativo.

En la sesión de evaluación, los alumnos exponen las conclusiones a las que se ha llegado sobre las metodologías de las diferentes materias, posteriormente el profesor comparte las aportaciones, explicaciones o compromisos que considera convenientes y, si procede, se insta a volver a tratar los temas en el aula. Posteriormente, los representantes del alumnado trasladan al grupo-clase las conclusiones y lo expresado en la sesión de evaluación.

Finalmente, en un tercer nivel, y cerrando el ciclo de participación democrática, cada coordinador de nivel expone en el claustro final de cada trimestre los resultados cuantitativos y cualitativos, así como de los aspectos del instituto que deberían mejorarse y los que deberían mantenerse. De esta manera se recoge de forma global todo lo dicho en las sesiones de evaluación de los diferentes niveles educativos por parte de los alumnos y se hace extensivo a todo el profesorado.

Es así como podemos definir este sistema de participación democrática en la evaluación interna del centro como un ciclo cerrado y transparente basado en la responsabilidad compartida, la comunicación interpersonal y el respeto. Y en el que el alumnado desarrolla habilidades para poder participar democráticamente en la sociedad mediante el desarrollo de competencias tales como el pensamiento crítico, la participación ciudadana, el diálogo y la negociación.


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