Claves para una educación democrática

Por Eva Gaudes Clarasó

En primer lugar, me presento: soy profesora de Historia en el Instituto de Educación Secundaria Montserrat Roig de la ciudad de Tarrasa. Doy clases de Historia del Arte, de Historia del Mundo Contemporáneo y de la optativa Ciudadanía, Política y Derecho a alumnos de 16 y 17 años.

Mi lema es “pensar globalmente y actuar localmente”. El objetivo es amar la diversidad para promover la igualdad, por ello, es necesario descubrir la identidad personal (cultural, sexual…) mirando al pasado.

La asignatura de Ciudadanía, Política y Derecho se desarrolla en un paradigma democrático. La asignatura está orientada al desarrollo de la competencia ciudadana, es decir, a la formación de ciudadanos responsables y colaborativos en la sociedad en la que viven. La metodología que utilizo es diversa, como puede verse en las siguientes imágenes:

Mi objetivo es ayudar a los alumnos a experimentar la democracia en el aula.

Para conseguirlo, los alumnos deben poner en práctica pequeñas experiencias que les permitan vivir determinados aspectos de la democracia. Cada profesor de este curso puede exponer libremente los contenidos, y yo me he centrado en la toma de decisiones. Es importante que los alumnos aprendan a ejercitar la escucha activa y a responsabilizarse de sus propias decisiones. En el aula, les asigno diferentes roles de forma rotatoria y fomento el diálogo para llegar a consensos. Promuevo una cultura colaborativa en una clase multinivel en la que todos los alumnos deben triunfar. Los estudiantes se convierten en protagonistas de su propio aprendizaje y, a través del proceso de evaluación, toman conciencia de su crecimiento personal.

En cuanto a las actividades macro, estudiamos la evolución del poder a lo largo de la historia de la humanidad, los roles positivos y negativos de los ciudadanos, la importancia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la justicia restaurativa actual.

Nos encontramos en la sociedad de la posverdad y es prioritario enseñar a los alumnos a reconocer las noticias falsas y lo perjudiciales que pueden ser para ellos. Por eso propongo este método basado en la escucha activa para que construyan su propia opinión.

En cuanto a las actividades fuera de la escuela, creo que es fundamental instruir a los alumnos para que reconozcan los valores de la Unión Europea y explicarles la importancia de la subsidiariedad y lo que la Unión Europea puede ofrecer a los jóvenes. Si esto no se explica en el aula, los alumnos no entenderán qué es la UE y nunca se sentirán europeos.

Cada año, celebramos el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto siguiendo las instrucciones del Holocaust Memorial Day Trust.

El pasado 27 de enero, el lema mundial fue “Fragilidad de la libertad”. Algunos centros educativos trabajaron sobre un personaje que luchó por la libertad de las personas. Por ejemplo, mis alumnos eligieron a Josephine Baker e investigaron cómo luchó contra los 10 pasos del genocidio. El 27 de enero, en la ciudad de Flix, tuvo lugar la inauguración de un mural de grafitis con todos los personajes que se estudiaron en Cataluña. Aquí podemos ver otra imagen en el Archivo Histórico de Tarrasa con el historiador Manel Márquez, experto en el estudio de las trágicas inundaciones que tuvieron lugar en Tarrasa en 1962. Mis alumnos investigaron utilizando las fuentes originales de información de ese relevante acontecimiento.

También soy miembro de la organización Espacio de la Memoria y los Valores Democráticos de Tarrasa. Hemos impulsado el proyecto internacional “Stopersteine” para visibilizar a más de setenta deportados a los campos de concentración nazis.

Permítanme referirme a algunas actividades futuras que estamos planeando también fuera de la escuela.

El pasado mes de mayo asistimos a los Actos Internacionales de Recuerdo de las personas liberadas en el campo de concentración de Ebensee, Gusen y Mauthausen. Este viaje se realizó con las familias de los deportados y con alumnos de diversos centros educativos públicos catalanes y valencianos. De hecho, los estudiantes se han comprometido con la asociación sin ánimo de lucro Amical de Mauthausen a que, como contrapartida, darán charlas el próximo curso 24-25 sobre lo aprendido en el viaje a todos los miembros de la red de jóvenes estudiantes Mai Més (“Nunca Más”).

La democracia se aprende participando, y las actividades en el aula no pueden quedarse solo dentro del aula, deben trasladarse fuera, a la ciudad. Sería deseable que los estudiantes aprendieran a través del diálogo a vivir la democracia, deconstruyendo las noticias falsas y contrastando la información en busca de la verdad.

La memoria histórica nos enseña que en el respeto a la diversidad está la esencia de la democracia. Por eso, los estudiantes deben interactuar con personas diferentes a ellos y valorar la interculturalidad como una riqueza. Deben generar conocimiento y servir al tejido asociativo de la ciudad.

En el caso de España, es importante recordar el largo proceso de transición a la democracia y las dificultades para implementar la Ley de Memoria Histórica, aprobada el 31 de octubre de 2007. Es absolutamente necesario proteger a los grupos minoritarios, como LGBTQIA+, la etnia gitana o los grupos religiosos, y combatir el acoso femenino, la pobreza infantil y la de los ancianos, porque la democracia es el gobierno de todos y para todos.

Por ello debemos rehuir el discurso unívoco desarrollando la pluralidad a partir de las siguientes pautas:

–Respeto a las opiniones diferentes

–Valorar la diversidad de opiniones y contrastar su veracidad

–Aceptar a las minorías y resaltar su valor

–Traer al aula diferentes asociaciones y enfoques

–Salir del aula e implicarse en proyectos de Aprendizaje-Servicio

–Construir redes urbanas de interacción educativa

–Compromiso, responsabilidad, asunción de roles en las acciones locales

–Promoviendo la educación en Memoria Histórica


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