Promoviendo la democracia desde la infancia: dos experiencias en escuelas de primaria

Por DEMOCRAT

La finalidad esencial del proyecto DEMOCRAT es promover el conocimiento y la práctica de los valores democráticos. Con este objetivo, trabaja con escuelas de primaria y secundaria promoviendo intervenciones educativas que fortalezcan las competencias democráticas de los y las estudiantes, para participar de manera activa y comprometida en todos los ámbitos de la vida. Los y las alumnas se convierten en protagonistas de procesos democráticos reales dentro del centro educativo y reflexionan sobre su papel como miembros de una sociedad plural.

Aquí os presentamos dos intervenciones enmarcadas en el proyecto DEMOCRAT en escuelas de primaria en Cataluña (España), donde los y las alumnas practican desde muy pequeños la democracia participativa. Por un lado, el proyecto “Read Right, Read Rights” profundiza en los derechos y deberes de la infancia a través de la lectura y las tertulias democráticas, siguiendo los principios del aprendizaje dialógico (diálogo igualitario, inteligencia cultural, transformación, dimensión instrumental, creación de sentido, solidaridad e igualdad). La propuesta también anima a toda la comunidad educativa a consolidar la responsabilidad democrática

Por otro lado, el proyecto de creación de un Consejo de Infancia y Adolescencia, busca fomentar la participación de niños y jóvenes dentro y fuera de la escuela, colaborando y expresando sus opiniones en temas de su entorno que los afectan, creando espacios de encuentro de las diferentes comunidades, para trabajar juntos, fomentando el compromiso comunitario en la escuela y en su entorno.

 

Read Right – Read Rights

El proyecto: contexto, motivación y enfoque pedagógico

En la Escola Carrilet, un centro de educación infantil y primaria de Palafrugell, la lectura ha dejado de ser una actividad exclusivamente instrumental para convertirse en una puerta de entrada a la ciudadanía. El proyecto “Read Right – Read Rights”, desarrollado durante el curso 2023-2024 con el apoyo del programa europeo DEMOCRAT, ha logrado integrar la lectura con la educación en valores y la participación democrática, implicando a toda la comunidad educativa: alumnado, docentes, familias y agentes del entorno.

La iniciativa nace de un doble diagnóstico. Por un lado, la escuela detectó la necesidad de mejorar la competencia lingüística del alumnado, en particular la comprensión lectora. Esta preocupación llevó a Carrilet a integrarse en la Xarxa de Competència Lectora del Departament d’Educació, un espacio de trabajo colaborativo entre centros para reforzar la lectura como eje del aprendizaje. Por otro lado, el claustro se planteaba cómo dar contenido práctico y transversal al vector “democracia” del nuevo currículum de Catalunya. ¿Cómo formar niños y niñas críticos, activos, respetuosos y conscientes de sus derechos? ¿Cómo hacerlo desde edades tan tempranas como los tres años?

La respuesta se materializó en un proyecto ambicioso, intergeneracional y transversal que conecta los derechos y deberes de la infancia con el Pla Lector de centro. Así, a lo largo del curso, los 380 alumnos del centro —desde I3 hasta 6º— trabajaron textos relacionados con los derechos infantiles mediante tertulias dialógicas, trabajo cooperativo, asambleas de aula, juegos democráticos y proyectos artísticos, todo ello bajo un enfoque de aprendizaje activo y participativo.

La metodología empleada parte de la convicción de que el aprendizaje significativo requiere dar voz al alumnado. Las tertulias dialógicas, inspiradas en el aprendizaje dialógico y la pedagogía crítica, permiten que todos los niños y niñas —independientemente de su edad, nivel o bagaje— participen activamente en conversaciones en torno a temas como la igualdad, la justicia, el respeto o la diversidad. Este enfoque no solo mejora las habilidades comunicativas y de comprensión, sino que también fortalece la empatía, la argumentación y la conciencia colectiva.

El proyecto se concibió con una clara voluntad de alinearse con el currículum oficial, basándose en las competencias democráticas definidas por DEMOCRAT. De esta manera se seleccionó cuidadosamente las competencias, saberes y tipologías textuales pertinentes a cada nivel. Asimismo, se diseñó un sistema de evaluación de competencias democráticas, adaptado el modelo sugerido por DEMOCRAT a las diferentes edades, para observar el impacto del proyecto más allá de lo académico.

En definitiva, “Read Right – Read Rights” representa un esfuerzo por hacer de la lectura una herramienta de transformación: leer para comprender el mundo, leer para ejercer la ciudadanía.

De la idea al aula: actividades, dificultades e impacto

La implementación del proyecto ha sido tan rica como diversa. Cada grupo clase diseñó una secuencia de actividades en torno a los derechos y deberes de los niños, utilizando como punto de partida una selección de libros cuidadosamente escogidos. Estos textos, procedentes de la maleta pedagógica de la Fundación Rosa Sensat y otras recomendaciones, sirvieron como base para las tertulias y el trabajo reflexivo.

Entre las actividades más destacadas cabe mencionar:

  • “¿Quién soy yo?”: una propuesta de autoconocimiento y expresión emocional orientada a trabajar la empatía, el respeto por las diferencias y la identificación de derechos básicos.
  • “Descubrimos nuestros derechos”: lectura y análisis colectivo de textos vinculados a la Convención de los Derechos del Niño.
  • “El poder de una canción” y “Every child a song”: proyectos musicales para abordar los derechos desde el arte y la sensibilidad.
  • “El juego de los CarriDrets”: actividad gamificada para reforzar la comprensión de los deberes y derechos en situaciones cotidianas.
  • “Molta merda!”: creación teatral protagonizada por el alumnado de 6º, centrada en los conflictos y dilemas que surgen cuando los derechos no se respetan.

Además de estas propuestas, se diseñaron dinámicas para el patio, como juegos cooperativos e inclusivos, o espacios de deliberación más estructurados a través de las asambleas de aula. Todo ello se desarrolló bajo unas normas de convivencia construidas colectivamente y visibles en todas las aulas.

Una de las claves del éxito ha sido la implicación del claustro, que recibió formación específica en educación democrática gracias al acompañamiento del equipo DEMOCRAT y la formación ofrecida por la XCL. Este aprendizaje se tradujo en la adaptación del proyecto a las distintas etapas educativas y en la revisión del Pla Lector con perspectiva democrática.

No obstante, el proceso también presentó desafíos. El más señalado fue el relevo parcial del claustro, que obligó a dedicar esfuerzos adicionales a la cohesión interna. También se identificó la necesidad de disponer de más tiempo para sistematizar la evaluación, ya que no se pudieron realizar todas las mediciones previstas.

Pese a ello, los resultados han sido notables. En el plano lector, las evaluaciones internas muestran una mejora clara en la comprensión lectora. En lo democrático, se observó una evolución positiva en las actitudes de respeto, participación y escucha activa. El alumnado expresó sentirse más escuchado y valorado, especialmente en los ciclos iniciales. En los niveles superiores, se detectaron inquietudes más complejas, como la necesidad de más espacios de expresión entre iguales o el deseo de incidir en decisiones colectivas.

La evaluación de competencias de ciudadanía democrática responsable (CDR), diseñada con formularios y recursos visuales adaptados a la edad, permitió recoger datos valiosos sobre cómo los niños viven el respeto, la justicia, la participación y el cuidado mutuo, tanto en la escuela como en casa. Esta información sirvió para elaborar planes de mejora adaptados a cada grupo y detectar casos que requerían acompañamiento emocional específico. Por lo que los datos proporcionados ayudaron a los profesores a reflexionar sobre su intervención en el aula ayudándolos a mejorar y adaptar mejor a las necesidades del alumnado.

Conclusiones y aprendizajes

A lo largo del curso, “Read Right – Read Rights” ha consolidado su valor como proyecto integrador, transformador y transferible. Su principal fortaleza reside en su capacidad para alinear objetivos académicos (competencia lectora) con objetivos cívicos (competencia democrática), partiendo de una herramienta tan poderosa y accesible como la lectura.

El proyecto ha demostrado que trabajar los derechos y deberes desde edades tempranas no solo es posible, sino necesario. El hecho de que el alumnado se sienta escuchado, seguro, respetado y capaz de expresar lo que piensa y siente es el primer paso para construir una escuela inclusiva y una sociedad más justa. Como se desprende del trabajo en las aulas, cuando se crean espacios de diálogo igualitario y se confía en la palabra del niño, se generan procesos de transformación personal, social y cultural.

Entre los aprendizajes clave destacan:

  • La importancia de unificar criterios metodológicos y compartir buenas prácticas entre el profesorado.
  • El valor del trabajo en red con otros centros e instituciones.
  • La necesidad de formación docente específica en competencias democráticas, aún poco presentes en la oferta formativa habitual.
  • La utilidad de crear recursos propios (por ejemplo, una “caja de herramientas” con materiales y dinámicas) para facilitar la implementación sostenida del proyecto.

Pensando en la transferencia a otros contextos, este proyecto ofrece un modelo adaptable que puede desarrollarse en distintos niveles educativos, materias y entornos. Lo esencial es mantener el enfoque dialógico, el protagonismo del alumnado y la conexión con el currículum y el entorno local.

Desde la Escola Carrilet, el camino no se detiene aquí. La voluntad del centro es seguir consolidando el proyecto.

En palabras de uno de los docentes implicados: “Si un niño aprende a decir lo que piensa, a escuchar con respeto y a cuidar a los demás, está aprendiendo a ser ciudadano. Y eso, al final, es también aprender a vivir”.

 

Consejo de Infancia de Salomón

El proyecto: contexto, motivación y enfoque pedagógico

La escuela Josep Nin, es una escuela rural ubicada en la pequeña población de Salomó que cuenta con aproximadamente 500 habitantes, con un elevado porcentaje de población inmigrante. Más de la mitad de las familias del centro son de procedencia extranjera, por lo que la comunicación con las familias y su participación en la vida de la escuela y del municipio, a veces se hace difícil. Para dar respuesta a esta dificultad y favorecer la participación en la vida de la escuela y del municipio, la creación de un consejo de Infancia y Adolescencia se presenta, pues, como una herramienta clave y elemento de cohesión social.

Los Consejos de Infancia y adolescentes son instrumentos al alcance de los niños y jóvenes, que les permite ejercer el derecho de ciudadanía con la participación infantil como derecho fundamental, implicarse y actuar con el objetivo de transformar su propia ciudad o pueblo. En este sentido, la participación es una oportunidad para que los niños profundicen en los valores democráticos y puedan plantear propuestas a los entes locales en decisiones que afectan directamente su vida en la escuela y en el municipio.

En esta iniciativa dirigida al alumnado de ciclo superior de la escuela y de los dos primeros cursos de la ESO, han participado también otros alumnos de primaria y también 5 docentes.

A través de este espacio de participación que es el Consejo de Infancia y adolescencia, los objetivos principales que se plantea la escuela Josep Nin son:

  • Crear una estructura válida y estable de participación de los niños y de comunicación de los mismos con las autoridades municipales.
  • Fomentar el trabajo colectivo en pro de un bien común y comunitario.
  • Desarrollar estrategias para trabajar la democracia participativa.
  • Conseguir que los niños tengan la posibilidad de manifestar y decidir cómo quieren que sea su pueblo, el entorno más cercano, su escuela y en general todo lo que les rodea en tanto que son parte de ella.
  • Conseguir que las personas adultas reconozcan los derechos de los niños, valorando y teniendo en cuenta su opinión de forma real, escuchándolos y poniendo en funcionamiento algunas de sus propuestas siempre que sean reales y con fundamento.

A partir de ahí, se empieza a dibujar la estructura de lo que será el Consejo de Infancia, desde las competencias que se trabajarán, los objetivos, la evaluación y el desarrollo de todas las sesiones de aprendizaje.

La metodología que apoya la intervención se fundamenta en un aprendizaje basado en competencias, cooperativo y activo, poniendo en práctica habilidades y competencias socioeducativas como la comunicación, la responsabilidad y el trabajo en equipo. Estas competencias se entrenan a través de actividades concretas, como: Debates y Asambleas, Proyectos Comunitarios, Encuentros con representantes del Ayuntamiento u otras instituciones.

El proyecto tiene en cuenta el nuevo currículo oficial de Cataluña, especialmente con respecto al vector de Ciudadanía democrática y conciencia global. Así, pues, el Consejo de niños se integra en diversas áreas del currículo escolar y permite el desarrollo de competencias sociales, la mejora de las habilidades comunicativas, la empatía y la conciencia y el compromiso con el bien común.

Teniendo en cuenta estas competencias, a través del Consejo de Infancia, el alumnado puede mejorar las habilidades lingüísticas participando en debates, redactando propuestas, y abordando cuestiones relacionadas con su entorno y proponiendo mejoras.

Asimismo, cultivar valores como la solidaridad, la justicia y el respeto a los derechos de todos los miembros de la comunidad, se puede hacer a través de la colaboración, la resolución de conflictos y la responsabilidad social.

De la teoría a la acción: Actividades, dificultades e impacto

La implementación de la propuesta ha seguido una línea de trabajo tanto con el alumnado de la escuela como del instituto, perfectamente pautada a través de sesiones llevadas a cabo en el aula durante el primer trimestre del curso escolar. En el segundo trimestre se constituye el Consejo de Infancia en un acto en el Ayuntamiento del municipio, y seguidamente se establecen reuniones regulares para presentar las propuestas del alumnado y recibir la valoración de su viabilidad.

En las sesiones de aprendizaje el alumnado ha podido conocer, comprender y reflexionar sobre temas como, por ejemplo, los valores de la sociedad democrática, los derechos y deberes de los niños y los derechos humanos. Aunque el conocimiento teórico es muy necesario, es en la práctica donde se aprende la democracia, como el camino que se aprende caminando.

Por ello, competencias como la participación y la deliberación, se aprenden haciendo actividades prácticas como, debates y asambleas, proyectos comunitarios, encuentros con representantes del ayuntamiento u otras instituciones. En cuanto a las actividades más destacadas que se han realizado durante el proceso de creación del Consejo de Infancia, cabe mencionar:

  • El Parlamento de la Clase: simulación de una situación de democracia y toma de decisiones en grupo, donde los y las alumnas deben pensar propuestas, debatirlas, reflexionar sobre ellas y adquirir pequeños compromisos con los valores democráticos
  • El semáforo de los derechos: mediante cartulinas de colores opinar respecto a situaciones planteadas y trabajar la diversidad de opiniones, el derecho a decidir y la responsabilidad que implica tomar decisiones.
  • Presentación de los candidatos y candidatas al Consejo de Infancia y Adolescencia: los alumnos se encargan de escoger a sus representantes con la ayuda del/la profesor/a
  • Aspectos que puedo mejorar de nuestro pueblo: diagnóstico de cuál es el problema que tiene la ciudad y propuestas como: El deporte en el municipio y en la escuela, respetar el entorno, y civismo y responsabilidad como miembros de una comunidad
  • Primera sesión plenaria en el Ayuntamiento: el alcalde o alcaldesa hace la presentación del proyecto y el alumnado presenta propuestas de mejora del municipio.

Con esta iniciativa educativa, los niños y niñas han conocido cómo funcionan las Instituciones Democráticas, han desarrollado el pensamiento crítico, la capacidad de trabajar en equipo, y el sentido de la justicia y la responsabilidad social. Para evaluar el nivel de consecución de estas competencias se ha diseñado un sistema de evaluación de competencias democráticas, a través de cuestionarios adaptados al modelo propuesto por DEMOCRAT. Aunque se reconoce la utilidad de esta herramienta de evaluación, el contenido se convierte en bastante complicado y la terminología es difícil de entender por parte del alumnado, por ello ha sido necesario el acompañamiento del profesorado para realizarla. La evaluación, se complementó con autoevaluaciones del alumnado y las reflexiones que aportó el profesorado por su parte.

De los resultados de la evaluación, centrada en las competencias DEMOCRAT, “participación solidaria, deliberación, juicio crítico y resiliencia”, en su conjunto y en ciertos aspectos más que en otros, el alumnado manifiesta un –sí- claro, en relación a «sentirse parte del grupo o la comunidad», «detectar las injusticias», «respetar las opiniones» y «conocimiento de los derechos humanos y los derechos de los niños”. Aun así, gran parte del alumnado considera que sus propias opiniones no son tenidas en cuenta.

Sin embargo, en otros aspectos de competencia ciudadana como «ayudar a los demás» «aportar ideas y resolver problemas para que todo funcione mejor», responden muy a menudo sólo –A veces-. Lo cual manifiesta que estos aspectos no los tienen tan alcanzados.

Valores como la justicia o la igualdad la mayoría del alumnado los defiende, pero no hay consenso de que estos valores ayuden a resolver problemas. La mayoría manifiesta que necesita ayuda para resolver sus problemas y en general ayuda a los demás cuando los tienen.

En cuanto al pensamiento crítico, como es normal teniendo en cuenta la edad del alumnado, buena parte necesita ayuda para saber si la información que reciben es fiable o no.

Por otro lado, solo una parte del alumnado ha desarrollado el pensamiento crítico en cuanto a la información recibida a través de la tele, la radio, internet o las redes sociales, y necesitan a menudo ayuda para ver si es fiable o no, lo cual es normal teniendo en cuenta la edad del alumnado, pero lo que es preocupante es que una cuarta parte no tiene tampoco el hábito de contrastar la información que le llega.

Conclusiones y aprendizajes

Inicialmente, la investigación inicial sobre los Consejos de Infancia en todo el país y especialmente la visita a la escuela El Carrilet de Palafrugell para conocer otras experiencias fue una fuente de inspiración para la escuela Josep Nin, tanto es así, que se plantean en un futuro, formar parte de una red de apoyo entre consejos para el intercambio de experiencias y buenas prácticas.

En general la experiencia ha sido muy positiva y ha satisfecho a docentes, alumnado y equipo directivo y también a las familias. También ha tenido una gran implicación por parte del Ayuntamiento. Aun así, para que la participación del alumnado sea más efectiva, es necesaria la implicación de todos los docentes. Los adultos, como los niños, necesitan formación, herramientas pedagógicas participativas y recursos para apoyar y sacar adelante con seguridad el proyecto y fomentar los valores democráticos en la escuela y en la sociedad.

Los resultados de esta iniciativa son muy estimulantes en cuanto a la implicación del alumnado que ha estado muy motivado en todo momento y contento de participar y explicar tanto al Ayuntamiento como al resto de los compañeros su experiencia del Consejo de Infancia y Adolescencia. Hecho que demuestra que desarrollar modelos proactivos, donde los niños y adolescentes lideren, decidan y trabajen temas significativos para ellos y ellas, forma parte de una experiencia educativa democrática y transformadora.

No obstante, el proceso presenta también algunas incertidumbres. Por un lado, hay cierta preocupación en cuanto a los resultados de las propuestas del alumnado en el Consejo de Infancia, respecto a su efectividad, continuidad y resolución en el futuro. En cuanto a la continuidad del alumnado que ahora forma parte del Consejo, y que cambiará de nivel, se espera una respuesta positiva y que en el próximo curso sigan implicados.

Es necesario también que el Consell tenga voz en el municipio y respuesta formal por parte del Ayuntamiento de manera continuada. Las reuniones con las entidades municipales son muy protocolarias y es necesario un acercamiento por parte de todos. Los y las participantes deben sentirse cómodos para exponer sus ideas y sentirse escuchados. Es un aprendizaje colectivo en tanto que los ayuntamientos tienen que acostumbrarse también a hacer política permitiendo que los niños y la juventud del municipio pueda decir la suya en cosas que también les afectan y tener en cuenta sus puntos de vista.

En definitiva, a través del Consejo de Infancia y Adolescencia se quiere dar voz a los niños y adolescentes, sean de la procedencia que sean, para favorecer la participación activa del alumnado en la toma de decisiones que afectan directamente a sus vidas.

Conclusiones

A modo de síntesis, las experiencias desarrolladas en el marco del proyecto DEMOCRAT en las escuelas Carrilet y Josep Nin muestran de forma clara que es posible promover una educación para la democracia desde edades tempranas. Ambas iniciativas han logrado generar espacios reales de participación, deliberación y reflexión crítica, ofreciendo al alumnado la oportunidad de ejercer su ciudadanía en contextos de su vida cotidiana.

Read Right – Read Rights demuestra cómo la lectura puede convertirse en una herramienta poderosa para fomentar valores democráticos, desarrollar competencias lectoras y fortalecer el sentido de comunidad dentro del centro educativo. La combinación de tertulias dialógicas, juegos cooperativos, actividades artísticas y evaluación formativa ha permitido un aprendizaje integral, que abarca tanto el plano académico como el personal y social. La implicación del claustro y de las familias ha sido clave para el éxito de esta experiencia, así como el alineamiento del proyecto con el currículum oficial y el acompañamiento metodológico del programa DEMOCRAT.

Por su parte, el Consejo de Infancia y Adolescencia de Salomó pone de relieve la importancia de crear estructuras estables que reconozcan y potencien la voz de niños y niñas en la vida comunitaria. Esta iniciativa ha contribuido a fortalecer el tejido social en un contexto marcado por la diversidad cultural, a través de dinámicas cooperativas y espacios de deliberación. A pesar de algunos desafíos, el proyecto ha generado entusiasmo, sentido de pertenencia y aprendizajes significativos entre el alumnado.

Ambas experiencias comparten una visión transformadora de la educación: formar ciudadanos y ciudadanas conscientes, comprometidos y capaces de contribuir al bien común. Para ello, destacan varios aprendizajes clave:

  • La necesidad de conectar la teoría con la vida real del alumnado, generando experiencias de participación significativas.
  • La importancia de metodologías activas, dialógicas y cooperativas que sitúen al alumnado como protagonista del aprendizaje y le den voz.
  • La relevancia de implicar a toda la comunidad educativa —docentes, familias, ayuntamientos— en la construcción de una cultura democrática en la escuela.

Estas experiencias son inspiradoras y pueden ser transferibles a otros centros y contextos. A través de los diferentes entregables finales, DEMOCRAT ofrecerá la oportunidad de conocer mejor los elementos transferibles de estos y otros proyectos para fortalecer una ciudadanía democrática responsable.

 

 

Nota: Desde el equipo DEMOCRAT agradecemos la ilusión y el esfuerzo de los docentes de la escuela Carrilet y de la escuela Josep Nin que han desarrollado estas dos experiencias. La información del articulo proviene de la documentación elaborada por los equipos docentes y del seguimiento de los proyectos que ha realizado el equipo de DEMOCRAT en España.


Comments

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *